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No lo veas a la cara


Perro, Híbrido, Ojos, Mascotas
Recuerdo muy bien la última vez que tomé un baño de tina por la noche después de llegar de la universidad y más aún después de una mudanza que me dejó totalmente agotado, me había mudado de a nueva casa, más amplia y con techos mas altos, de estilo antiguo en el centro de la ciudad, me la habían dejado a muy buen precio y databa de los años 30 en cuando la ciudad estaba en sus mejores momentos comerciales, por lo que las construcciones eran muy macizas y llenas de detalles incomparables con las demás casas. Al principio tenia un olor a humedad y a viejo, después de pintarla y hacerles unos arreglos se podía percibir un olor a pintura que de principio calaba en la nariz; pero te acostumbras rápido. ya con pocas cajas sin desempacar lo que más me llamo la atención fue la hermosa tina de estilo “vinta ge” y sus cuatro patas de latón que le daban un hermoso aspecto agradable y te invitaba a sumergirte en ella por un largo tiempo. Mientras la llenaba el sonido relajante  del agua, mi perrita kira quien ha sido mi compañeras desde hace mucho tiempo, la sentía tensa y sin ganas de explorar la casa.



Mientras me metia al agua e intenté poner alguna música suave, recordé la recomendación de una amiga al decir que un baño de tina era más relajante con la luz apagada, música suave y una copa de vino. Quise intentarlo, encendí una enorme veladora de vainilla, apagué la luces, me metí en la bañera y el contacto con el agua sobre mi cuerpo de inmediato hizo su efecto en mis cansados sentidos. Tanto que olvidé poner la música, mientras acomodaba la cabeza en una toalla y observe a kira por la puerta del baño observándome fijamente, como si alguien mas estuviera en el lugar extraño, ella siempre me acompañaba en mis baños; pero esa vez estaba algo tensa moviendo su cola con nerviosismo. Mientras cerraba mis ojos, la obscuridad me fue envolviendo, las penumbras y sombras mezcladas por la tenuidad de la luz de la veladora hacían del momento algo extraño. Quise intentar quedarme totalmente a obscuras y apagué la veladora, enseguida todo se volvió negro. No sé por cuánto tiempo estuve así y sentí inquietud y entro una corriente helada al cuarto a pesar de que el agua estaba tibia. No me agradó esa sensación y enseguida volví a encender la veladora, pensando en las tonterías que mi amiga me había recomendado. Por extraño que fuese la luz era menos intensa, la pequeña llama azul rojiza de la veladora apenas iluminaba unos centímetros; pero era mas que suficiente para ver a mi alrededor.

El agua de la bañera era muy relajante, mis sentidos poco a poco se fueron acostumbrando a esa sensación que gradualmente comenzó a inundar mis sentidos. Apenas iba entrando en estado de relajación profunda cuando sentí la cola de kira ondear cerca de mis pies, en un acto de reflejo moví el pie para ahuyentarla y comenzó a ladrar muy nerviosa,  y comenzó a ladrar, pero este ladrido era muy distinto al de mi perra y venia del centro del cuarto, por alguna extraña razón no había entendido hasta que en ese momento vi lo que ocurría  y vi a kira viendo al centro del cuarto y en posición de alerta, emitiendo pequeños aullidos nerviosos. Al voltear a ver me di cuenta que había un gato negro y me sorprendí mucho de ver al animal ahí maullando con un par de ojos amarillos y unos colmillos blancos muy largos. Eso hizo que saliera de la tina de prisa y con la inercia, tiré la vela con el pie y me quedé en las penumbras de la oscuridad, solamente la luz que provenía del cuarto que se colaba por debajo de la puerta iluminaba apenas el piso del baño, quise encontrar mi celular; pero no podía hallarlo Y con la inquietud doblegando mi mente, decidí que era momento de parar ese juego de la tina y tiré del tapón para vaciarla y tomar un baño rápido. Por alguna extraña razón pensaba que debido a eso mi mente me estaba divagando imaginando cosas. kira parecía estar calmada; pero no quería salir del lugar, cuando por fin encontré el celular, lo tomé y un escalofrío me recorrió de pies a cabeza cuando vi que la luz que salía por debajo de la puerta se apagaba; pero el alma me volvió al cuerpo cuando intenté encender la del baño y me di cuenta que no había nada. Se había ido de mi casa aquel gato. Encendí el móvil y tenía 5% de pila, por lo que apenas emitía una débil iluminación, aproveché entonces para poder bañarme, vestirme y acostarme. Me metí de nuevo en la bañera noté que estaba estancada un poco de agua  a menudo pasaba eso, así que me agaché para quitar lo que obstruía la coladera y sentí que había mucho cabello, algo inusual, era la primera vez que utilizaba la tina y eso me causó extrañeza, mi mano se llenó de pelos y jalé para quitarlos, eran demasiados, al momento de sentir algo extraño además del pelo, quise tomar el celular para ver mejor que era aquello y escuché de nuevo los maullidos en medio del cuarto.

Al correr la cortina de baño, me di cuenta que estaba de nuevo ese gato negro ahí, maullando con desesperación, mientras que kira hacia aullidos de nerviosismos y agresivos al animal extraño que estaba ahí. Los ojos amarillos parecían emitir una luz que iluminaba sus bigotes al maullar y eso me inquietó, empecé a llenarme de ideas aterradoras al ver que sus colmillos eran inusualmente largos y blanquecinos. No sé cuánto tiempo estuvimos en alerta, un leve ruido a mis pies me hizo voltear y al mirar de nuevo a donde estaba el gato, este había desaparecido. Abrí con cautela la regadera y al sentir que salía el agua me tranquilicé, vi con alivio que aquello que impedía correr el agua no lo hacía más. No había nada ahí. Me bañe rápido y a tientas Salí de aquel baño para vestirme y acostarme no quería saber nada más. Culpaba al cansancio todas esas alucinaciones, al sentir que kirase trepaba en la cama y se acercaba a mi me tranquilizo mucho, abrace al animal como si el me fuera a proteger de todo lo malo, pero ella al igual que yo éramos frágiles. Me quedé dormida y tuve algunas pesadillas que no recordaba al momento de pararme con falta de aire y sudando por algo horrible que quizá había soñado, eran las 3:24 am. Me volví a acostar y veía el techo fijamente en tanto mis párpados se hacían pesados. Apenas iba cayendo en el sueño cuando sentí que algo caminaba en mi pecho, era ligero  supuse que era ese gato otraves, al sentir el contacto de sus bigotes en mi barbilla abrí los ojos sentí el horror paralizarme de pies a cabeza, el gato negro, tenía su hocico cerca de mi nariz y sus brillantes ojos amarillos miraban los míos con esas luces de muerte que me hicieron temblar. No emitía ningún ruido y entonces recordé algún cuento en que decían que los gatos te robaban el aliento y el alma. Cuando abrió el hocico para mostrar sus largos colmillos; pensé que era todo y que terminaría ahí muerto por el extraño animal. No termine de pensar eso cuando de improviso saltó kira y tumbó al gato por un lado de la cama haciéndolo huir al baño y mi perra lo siguió.

Lo que paso despues fue lo más horripilante que hubiera podido experimentar. El gatos comenzó a pelearse emitiendo maullidos y gruñidos que inundaron la habitación, parecía que se estuviera masacrando por dentro. Lo primero que sentí fue angustia de saber que mi perra estaba siendo lastimada y me paré enseguida; pero al hacerlo y entre los gruñidos de los animales logre percibir el gemido lastimero de una mujer que se quejaba por algo que la lastimaba. Ese sonido provino del baño, mis rodillas se doblaron al escuchar aquello tan claramente, sentí un pavor paralizante que hizo que cayera sobre la cama totalmente asustado y angustiado por todo lo que pasaba. De pronto se hizo el silencio y volvió la luz; pero el foco parpadeaba por la falta de corriente. Con voz entrecortada comencé a llamar a kira y solo había un mortal silencio. No sabía que hacer estaba petrificado por el temor y abrazando mis rodillas para no bajarme de la cama, temía que algo me tomara por los tobillos apenas los pusiera en el piso, la puerta de salida estaba muy lejos y no tenía esperanzas de llegar y salir a tiempo, para quitar los tres seguros de una enorme y pesada puerta.

No sabía qué hacer, yo no creía en nada de esas cosas, en ese momento quise tener toda la fe del
mundo para creer en Dios el salvador. Volví a llamar a kira casi en susurro y no obtuve respuesta, el terror hizo que llorara de angustia y de alguna forma el sueño me venció en esa posición con mi frente apoyada en las rodillas. La luz de la mañana hizo que despertara y enseguida un torrente horrible de recuerdos de la madrugada hizo que saltara de la cama y me vistiera rápidamente para salir de la casa. Al hacerlo lo primero que vi fue a una señora ya de edad que barría la calle, al verme con mi rostro de preocupación me preguntó si estaba bien. A lo que respondí que no. Estaba tan alterado que le conté mi odisea sin temor a que me fuera a tildar de loco. Con el rostro sorprendido la anciana me dijo que no había escuchado nada a pesar de haberse levantado de madrugada todo estuvo en silencio, su casa estaba a un lado de mía. Le pregunte entonces por los antiguos moradores y me comentó que había vivido una pareja de recién casados, la joven estaba embarazada y tenían muchas ilusiones por ese bebé, de tal manera que habían buscado un espacio amplio como el de mi casa para poder atender al niño; pero meses después perecieron muertos, y pusieron la casa en venta. Sin embargo nunca se  supo que fue lo que les paso, ella entendía que mucha gente tenía a estos animales para protegerse de lo malo; pero no comprendía porque me sucedió eso a mí. Me quedé en las mismas, sin respuestas. Sus afirmaciones no hicieron más que pensara que todo había sido producto de mi imaginación producto del cansancio, o bien de algún principio de enfermedad, lo cual me asustó y no sabía a quién recurrir. La angustia se apoderó de mí y Para colmo no sabía nada de kira, se había quedado en la casa y no quería volver ahí y me sentí obligado a acudir con el padre de la iglesia, le conté lo que me avía pasado en lo cual el me comento que haces muchos años una familia que vivía en aquella casa y que no le gustaba le miraran al rostro por lo que salían totalmente cubiertos la razón era porque no eran humamos.
Al Escuchar esa historia me aterre y decidí volver aquel lugar pero volví con la señora que barría y le deje que me ayudara a buscar a kira dentro de la casa entramos y espesamos ha buscarla yo me fui ha buscarla en la parte de arriba y ella a la de abajo a lo que que entro al cuarto veo una nota muy rara que dacia que no la mira a la cara, y de pronto escucho unos gritos que provenían de la parte inferior de la casa era la señora quien avía gritado al que las cosas se movían solas y le dije que veía algo  que no lo mira a la cara seguimos buscando a kira baje al sótano y escucho unos estruendos de arriba y unos jarrones caerse cuando subo para ver que era lo que estaba pasando veo a la señora tumbada en el piso con los ojos retorcidos y sin vida, al ver eso decidí dejar a mi compañera de toda la vida y salir de esa casa y no volver mas.  

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